En los últimos días, una delegación de la Unión Europea visitó el país para tomar parte en el Primer Diálogo de Seguridad y Defensa UE-Chile, que se realizó este jueves. En la comitiva estuvo Cosmin Dobran, diplomático de origen rumano que es hoy directivo del Servicio Europeo de Acción Exterior, y que asumió el cargo de director de Paz, Asociaciones y Gestión de Crisis.

En entrevista con La Tercera, el alto funcionario de la Unión Europea comenta los desafíos comunes y el interés del bloque en asociarse con Chile, en el campo de la seguridad y la defensa.

¿Cuáles son hoy las prioridades de la Unión Europea, en términos de seguridad y defensa? ¿Hay situaciones, fuera de la guerra en Ucrania, que el bloque europeo esté también siguiendo?

Diría que, en términos generales, hay tres prioridades principales en materia de seguridad y defensa. La primera es aumentar la capacidad de defensa de la Unión Europea. Esto fue debatido en numerosas ocasiones por los 27 Estados miembros, y ya existe el compromiso de asignar, en primer lugar, más recursos financieros a seguridad y defensa. También se busca invertir más en la industria de defensa europea, intensificar el trabajo conjunto y aunar esfuerzos en diferentes áreas. Existe también una lista de capacidades militares clave que se ha debatido y se volverá a debatir en la cumbre de líderes europeos dentro de unos días. Y, en general, se trata de aumentar la capacidad de Europa en materia de seguridad y defensa. Esa es la primera prioridad.

La segunda prioridad es seguir apoyando a Ucrania, ya que su seguridad está estrechamente vinculada a la de Europa. Ya existe un firme compromiso político para seguir aumentando el apoyo a Ucrania, garantizar que cuente con lo necesario para hacer frente a la agresión y prepararnos para los próximos años para aproximarnos aún más a lo que hacemos en materia de seguridad y defensa. De hecho, ahora la industria de defensa ucraniana está muy bien considerada como parte de la industria europea, por lo que puede participar en diferentes proyectos.

Y está también lo que llamamos “paz a través de la fuerza”. La idea es fortalecer la capacidad de Ucrania para que esté en condiciones de negociar una paz que no solo se ajuste al derecho internacional, sino que también cumpla con todos los compromisos que nosotros, la UE, y también Ucrania, asumimos en el sistema de la ONU.

La tercera prioridad es aumentar las alianzas en seguridad y defensa con países afines, de diferentes partes del mundo. Y esto es muy relevante porque coincide exactamente con lo que hemos estado haciendo en reuniones con diferentes interlocutores en Chile. La idea es aumentar la cooperación en seguridad y defensa con diferentes socios, y obviamente Chile es un socio clave en ese sentido.

En ese sentido, ¿cuál es el objetivo principal de este viaje a Chile? ¿Forma parte de una gira para visitar otros países de la región?

No, este diálogo se centra principalmente en Chile. Es el primer diálogo sobre seguridad y defensa. Básicamente, es un punto de partida y lo que hemos hecho es analizar áreas clave donde podemos aumentar la cooperación. En la UE contamos con la política común de seguridad y defensa, con misiones militares y civiles, y Chile contribuye en algunas de ellas. Por ejemplo, en la Operación Althea en Bosnia y Herzegovina.

Analizamos brevemente los compromisos y también nos beneficiamos de la presentación de los interlocutores chilenos en cuanto a las actividades específicas que realizan, tanto militares como en el sector de la seguridad interior. Otra área es lo que consideramos nuevas amenazas a la seguridad, que está muy vinculado a la ciberseguridad, a la desinformación, algo que se está volviendo extremadamente grave, no solo en Europa, sino también en otras partes del mundo.

La tercera área es la seguridad marítima. Aquí es muy interesante porque, si nos fijamos en Chile, está muy involucrado en el Pacífico. En esta región, la Unión Europea tiene compromisos, obviamente, en los mares que rodean Europa, pero también en el noroeste del océano Índico. Tenemos tres operaciones militares y navales desplegadas. Por lo tanto, creo que hay muchas oportunidades de cooperación allí.

Puede participar en diferentes ejercicios, organizados por Chile o por la UE. Además, hubo temas más transversales u horizontales, como el cambio climático y la seguridad, y las mujeres, la paz y la seguridad. Todo eso también los discutimos.

En ese sentido, ¿de qué modo puede ser Chile útil para los intereses de defensa de la Unión Europea? ¿Qué sinergias pueden funcionar entre ambos?

Bueno, en primer lugar, Chile, por ejemplo, en materia de seguridad en esta región, obviamente está muy involucrado. Y el simple hecho de intercambiar información sobre lo que está sucediendo, sobre las principales tendencias, claramente beneficia a la Unión Europea, ya que no tenemos una presencia tan activa en este ámbito. Así que es muy apreciado.

En segundo lugar, hay avances en seguridad, por ejemplo, relacionados con la Antártida. Chile está muy involucrado en esto. Y esto también podría beneficiar a la Unión Europea, ya que, por ejemplo, si consideramos los flujos comerciales o la infraestructura submarina, se trata de algo que básicamente ofrece el mismo tipo de seguridad aquí, ya sea en el mar Báltico o en el mar Mediterráneo. Por lo tanto, hay muchas áreas en las que podemos aprender y beneficiarnos de la experiencia y los conocimientos de Chile.

Respecto a Latinoamérica, ¿qué amenazas o desafíos ve la Unión Europea en términos de seguridad y defensa? ¿Qué puede hacer la Unión Europea por Chile en este contexto?

Por ejemplo, podemos analizar la seguridad marítima. Básicamente, hemos desplegado activos navales en diferentes contextos, ya sea para monitorear actividades ilegales o, por ejemplo, el embargo de armas. Y esto es algo que se observa con mucha frecuencia en el tráfico y las actividades ilícitas que se llevan a cabo.

Obviamente, hay lecciones aprendidas que podemos compartir con Chile. Por ejemplo, en materia de guerra híbrida o ciberseguridad, contamos con una amplia gama de instrumentos y políticas que hemos desarrollado en la UE. Y esto, obviamente, también puede beneficiar a Chile.

Además, existe un intercambio de personas, ya que esto siempre es muy importante. Por ejemplo, podemos invitar a expertos chilenos a la UE, ya sea en el contexto de la formación o para participar directamente en actividades concretas. Y a la inversa, obviamente, podemos tener expertos de la UE participando en diferentes actividades que organiza Chile.

Luego de este “primer diálogo”, ¿a qué acuerdos o iniciativas se ha llegado, y qué ocurrirá en el futuro?

Bueno, esto es un diálogo. No es como en las negociaciones comerciales, donde se llega a un acuerdo al final. Pero ya hemos identificado una buena lista de actividades que podemos llevar a cabo, tanto en la UE como aquí, en Chile, precisamente en las áreas que he mencionado.

Por ejemplo, en lo que respecta a actividades híbridas o ciberseguridad, ya hemos desplegado una misión que nos permite organizar un intercambio de información con los interlocutores chilenos pertinentes para ver cómo abordamos los diferentes tipos de inseguridad. Esto es muy concreto, ya que ayuda a los expertos de los diferentes ministerios y estructuras de Chile a comprender mejor cómo avanzamos. Y, obviamente, también está el contexto nacional o regional, que es muy importante en este caso.

Pero estas son actividades muy concretas que organizaremos de aquí al próximo diálogo, que tendrá lugar el próximo año en Bruselas.

¿Ya está confirmada una fecha o momento para esto?

Sí, básicamente lo haremos una vez al año y tendremos diferentes actividades. Y será una vez en Chile, la siguiente en Bruselas, y continuaremos así.

En momentos en que Estados Unidos parece tomar cierta distancia con respecto a Europa y la OTAN, ¿cree que se trata de una coyuntura especial que promueva enlaces como este, es decir, entre países con “valores afines”?

Sí, por supuesto, porque al final se trata de un diálogo entre democracias. Se trata de un diálogo entre países con ideas afines en cuanto al respeto del derecho internacional y de la Carta de las Naciones Unidas. Esto ya proporciona una base muy sólida para el debate. Obviamente, esta cooperación en seguridad y defensa evolucionará con el tiempo, ya que la naturaleza de la inseguridad también es muy dinámica.

Por lo tanto, la amenaza evoluciona y todos los instrumentos deben adaptarse. Es fundamental establecer contactos directos, por ejemplo, entre los expertos espaciales de Chile y los de la Unión Europea.

Y en el futuro, podemos incluso imaginar actividades conjuntas en diferentes contextos basadas en este intercambio de información. A veces se piensa que la misma amenaza o la misma inseguridad se perciben con la misma perspectiva en diferentes contextos. Pero, por lo general, la realidad es completamente distinta, porque las percepciones, las evaluaciones y los análisis pueden ser diferentes.

Por eso es muy importante reunirnos y analizar en detalle esta inseguridad. Una vez que se comprende la naturaleza de la amenaza, es mucho más fácil organizar los recursos para abordarla.